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Adel vivía en un pequeño pueblo con recursos educativos limitados. Antes de unirse a nuestro programa, asistía a una escuela local donde las clases se impartían únicamente de dos horas al día y se enfocaban en dibujo, Sasak (el idioma local) y religión, sin enseñar habilidades relevantes para su desarrollo, ni siquiera el idioma del país, Bahasa. En Misticarium, identificamos la necesidad urgente de brindar apoyo educativo a niñas como Adel para romper el ciclo de pobreza y abrir puertas hacia un futuro prometedor lleno de opciones.
A través de nuestra fundación, Adel fue inscrita en una escuela reconocida en la ciudad con enseñanza en inglés. Con el apoyo de nuestros donantes y la dedicación de sus maestras y compañeras, Adel no solo aprendió inglés rápidamente en cuestión de meses, sino que también desarrolló habilidades analíticas y se convirtió en una estudiante apasionada por las matemáticas. Esta escuela no solo proporciona conocimientos académicos, sino que también enseña valores y habilidades para la vida. -
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Adel, que ahora tiene 12 años, es la única niña local en una escuela con más de 100 estudiantes internacionales. En solo seis meses, con el apoyo de sus maestras y compañeras, Adel se volvió fluida en inglés, aprendió a leer, a hablar el idioma del país, utilizar tecnología, y desarrolló habilidades de pensamiento analítico. Le encanta la matemática y es una aprendiz y lectora entusiasta, siempre pidiendo más tareas para seguir mejorando. Además, le gusta enseñar inglés y otros temas a su pequeño pueblo y a su familia.
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Además de su éxito académico, Adel ha inspirado a su comunidad con su conocimiento. En la escuela, ha aprendido sobre la importancia del reciclaje y ahora incentiva a las personas de su alrededor a reciclar y reducir su consumo de plástico de un solo uso. Esta iniciativa ha reducido significativamente los desechos plásticos en su pueblo. Adel también ha aprendido a reconocer desastres naturales como terremotos y tsunamis, que son comunes en su área, y ha enseñado a su familia y vecinos qué hacer si ocurre uno.
UNA EDUCACIÓN PUEDE CAMBIAR UNA VIDA Y TRANSFORMAR UNA COMUNIDAD
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En la isla de Lombok, muchas niñas enfrentan un destino desafiante: casarse o quedar embarazadas entre los 14 y 16 años. Estos matrimonios, ya sea con compañeros de clase o, tristemente, con hombres mucho mayores, las alejan de la escuela para siempre. La madre de Adel vivió esta realidad. Quedó embarazada de Adel a los 14 años y, a pesar de su deseo de continuar sus estudios, le negaron su diploma, cerrándole las puertas a un futuro laboral en la isla. Queremos evitar que Adel pase por lo mismo. Antes de unirse a su nueva escuela, Adel soñaba con casarse joven, como sus amigas. Pero ahora, gracias al apoyo de sus maestras y al nuevo entorno, ha cambiado su perspectiva. Adel dice que su educación es lo más importante y sueña con ir a la universidad.
Este es el primer proyecto de la Fundación Misticarium, y queremos probar la hipótesis del impacto que puede traer a un pueblo tener una persona educada. Con historias como la de Adel, esperamos inspirar a más comunidades a valorar y apoyar la educación. Nuestro objetivo es continuar brindando recursos y oportunidades a niñas y niños desfavorecidos en todo el mundo, creando un impacto duradero que transforme vidas y comunidades enteras.
En la Fundación Misticarium, estamos comprometidas con un futuro donde cada niña y niño tenga acceso a la educación que merece. La historia de Adel es solo el comienzo de lo que podemos lograr juntos.